El Vino un placer al alcance de todos |
Siempre es bueno aprender a valorar lo que comemos y bebemos, en este segundo apartado, el vino es el "rey" ¿a quién no le gustaría saber apreciar si ese vino que hemos comprado es realmente bueno o nos defrauda porque no es lo que esperábamos de él?
Hoy toca aprender de vinos.
Cuerpo, estructura, aroma. Son muchos los parámetros que parecieran existir a
la hora de evaluar si el vino que se tiene en la copa es bueno, pero estos tres son los más importantes.
"Hay componentes de análisis objetivos y subjetivos, en este último caso, sencillamente cuando gusta puede ser una respuesta posible. Pero a la hora de juzgar un vino existe otro análisis más complejo que incluye parámetros amplísimos".
Sin entrar en los detalles y en síntesis, un vino es bueno cuando suceden dos cosas:
a) Cuando no tiene defectos -como que esté picado, avinagrado, que esté turbio, tenga aroma de corcho, etc...
b) O cuando muestra un desequilibrio entre alcohol, acidez y astringencia, una sensación que producen los taninos, la sustancia que da sequedad en la lengua y que está presente en la piel de la uva.
LA CATA
En lo que hace al proceso de cata, entonces, pueden diferenciarse tres etapas: visual, olfativa y gustativa.
Visual
a) Búsqueda de posibles defectos: No mire el vino al trasluz sino inclínelo unos 45º en un lugar con buena luz natural y fíjese que no tenga defectos como que esté turbio.
b) Fíjese en la escala de tonos: en vinos blancos, el color puede variar de amarillo verdoso a casi transparente y hacia el dorado e inclusive marrón. Eso da la pauta del paso del tiempo y así puede calcularse el año de cosecha. Pero distintos vinos tienen distintas tasas de oxidación. El tinto se aclara con los años: comienza con los azules y violáceos y va pasando hacia el rojo rubí y de ahí hacia el marrón
c) Color: No solo el tono es importante a la hora de catar un vino, la intensidad de su color puede ser determinante. Puede tener un tono violáceo y ser casi transparente o parecer tinta china. Esto dará una idea de la estructura que va a tener ese vino. Un vino con mucha intensidad, va a ser un vino con mucho cuerpo.
d) Tipo de uva: hay racimos de uvas con pieles más gruesas o más finas, en función de un clima, de la altura, de la exposición al Sol. Esto también influye en la calidad del vino.
Aroma.
a) Primarios: Están ligados al aroma natural de la uva o al aromatizado con especias.
b) Secundarios: son provienen de la elaboración del vino y de los derivados del uso de la madera, generalmente roble americano o francés. Suelen ser los derivados de vainilla, roble, café.
c) Terciarios: Bouquet o evolución del vino en la botella. Debe tener 3-4 años en botella y uno desde la elaboración como mínimo.
Gusto.
Al catar un vino, nuestro paladar va a registrar los cuatro gustos distintos: el dulce que viene dado por el tipo de uva, el agrio que responderá a la acidez del vino, el salado que responde a la salobridad que el vino puede contener y el amargo que se identifica por los taninos.
Estas son claves generales a la hora de valorar un vino sin ser un Dégustateur Professionnel.
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