VERDURAS
Conservarlas frescas sin humedad en el frigorífico: Guárdalas en el cajón para verduras del frigorífico pon una esponja seca y limpia para que absorba la humedad. También puedes forrar con papel de cocina la cubeta de la nevera, que contiene las verduras, éste absorberá toda la humedad y mantendrá las verduras frescas durante más tiempo. Recomendamos la primera opción por el derroche de papel que supone la segunda.
Conservarlas durante más tiempo: Para conservarlas durante más tiempo, sumergirlas en agua hirviendo, ligeramente salada entre 2 y 5 minutos, así detendremos la acción de las encimas responsables del envejecimiento. Luego podrás guisarlas siguiendo la receta que prefieras.
Tomates: Podrás conservarlos bastante tiempo en la nevera; pero podrás guardarlos varias semanas si los colocas en grandes tarros de gres llenos de salmuera (agua salada), tapados herméticamente con un tapón de corcho. Si están verdes déjalos al aire, o envuélvelos en papel de periódico.
Lechuga: Lávala y una vez seca, guárdala en un recipiente hermético o envuelta en un trapo limpio o en papel de periódico y ponlo en la parte baja de la nevera. Nunca la dejes en una bolsa de plástico, se pudriría enseguida.
Endivias: Evitar guardar las endivias a la luz; sus hojas verdearán y adquirirán un sabor amargo muy desagradable. Es mejor conservarlas en una alacena bien cerrada o en el cajón de las verduras de la nevera.
Alcachofas: Durarán más tiempo frescas si las envuelves una por una, con papel de periódico mojado y las guardas en la nevera. Ten en cuenta que una vez cocidas deben consumirse rápidamente; si no, generan toxinas peligrosas para el organismo. Espárragos frescos: Si no vas a consumirlos inmediatamente, se conservarán bien durante 3 ó 4 días, envueltos en papel de periódico o en un paño de cocina grueso, húmedo.
HORTALIZAS
Zanahorias: Pueden conservarse durante mucho tiempo, poniéndolas entre dos capas de arena. Berenjenas: Se cortan en pequeños tacos y se escaldan en agua hirviendo durante tres minutos. Después se escurren bien y se colocan separadas y cubiertas con una bolsa de plástico en una bandeja dentro del congelador.
Rábanos: Se conservan frescos y crujientes si sumerges las hojas en agua fría, procurando que el fruto no se moje.
Cebollas: Para impedir que reproduzcan brotes o se ablanden, envuélvelas una por una en papel de aluminio. En el caso de haber utilizado sólo media cebolla, úntala con mantequilla y verás cómo se conserva en su punto. Ten en cuenta que una vez empezada una cebolla, no debe conservarse más de un día, si no, genera toxinas peligrosas para el organismo.
Ajos: Los ajos se deben conservar siempre en un recipiente que tenga ventilación suficiente, pues si se mantienen en envases cerrados se pudren enseguida. Para que los dientes de ajo no se sequen, puedes introducirlos en un frasco con aceite, que podrás aprovechar como aliño.
Patatas Enteras: Deben estar a oscuras, en un lugar seco y a temperatura ambiente. Debes colocarlas extendidas, sin amontonarlas y con una manzana entremedias.
Patatas Peladas: Las patatas, ya peladas, que no se vayan a utilizar en el momento, se dejarán en un recipiente cubiertas de agua con unas gotas de vinagra, dentro o fuera de la nevera. De éste modo no se pondrán negras ni blancas, y estarán en perfecto estado durante 3 ó 4 días.
Guisos con Patatas: Los guisos que contengan patata nunca deberán guardarse dentro del frigorífico, porque ésta se reviene, adquiriendo una textura correosa.
HONGOS
Champiñones: Envuélvelos en una bolsa de papel o papel de periódico. Así tardarán más tiempo en estropearse.
FRUTAS
Aguacates: Para conservar los aguacates maduros, guárdalos en un lugar tibio, como por ejemplo un armario de la cocina, envueltos en papel de periódico. Para comprobar su grado de madures, introduce un palillo en su interior y si éste entra y sale con facilidad, está listo para degustarse.
Conservar medio aguacate: Cuando quieras consumir solamente la mitad de uno, pártelo en vertical y guarda en el frigorífico, la mitad sobrante, con unas gotas de limón por encima. De éste modo podrás mantenerlo unos días más sin que su carne se oscurezca ni pierda el sabor. 2.
Limones enteros: Llenar un recipiente con sal gruesa y meter dentro los limones, de manera que queden totalmente ocultos. De éste modo pueden conservarse varios días sin perder sus propiedades. También se conservan intactos durante mucho tiempo si se ponen en un recipiente lleno de agua y se cambia el agua a diario.
Un limón cortado: Ponerlo en un platito boca abajo y, para que la pulpa se conserve en perfecto estado, cubrirla de sal fina y guardarla en la nevera.
Plátanos: Conseguirás que los plátanos verdes maduren más deprisa si los colocas con la parte fina hacia arriba, poniéndolos junto a otro plátano muy maduro.
Uvas: Para conservar las uvas en la nevera envuelve los racimos con un trapo y ponlos en el cajón de las verduras.
No guardar la fruta y la verdura conjuntamente. Las manzanas, peras, tomates, pimientos, melones y plátanos desprenden gas etileno, que es inofensivo para el ser humano, pero si lo pones junto a los tomates verás como se ponen blandos, además de perder varias de sus vitaminas. Guarda las frutas que desprenden etileno lejos de otros productos alimenticios.
FRUTOS SECOS
Higos: Para evitar que se sequen, aplastar los higos, uno por uno entre las palmas de las manos y guardarlos en cajas de metal con unas hojas de laurel para reforzar su aroma.
Nueces: Se conservan fácilmente si las pones en una caja con algunas hojas de salvia.
Pasas: Para que se conserven más tiernas, guardarlas en una caja de madera, cubiertas con una capa de serrín y unas hojas de laurel.
HIERBAS SECAS
Aromáticas. La mayor parte de las hierbas aromáticas pueden conservarse secas, salvo el perifollo y el perejil, que resultan realmente insípidas después del desecado. No las guardes en bolsas de plástico: se pudrirían, y ojo con los frascos de vidrio expuestos sobre estanterías de la cocina, las hierbas perderían rápidamente su color y su sabor.
Aromáticas en sal: Puedes conservar tus hierbas en sal. El estragón, el perifollo, la albahaca, etc., se prestan perfectamente a éste tipo de conservación. Antes de utilizarlas no olvides enjuagar cuidadosamente las hierbas, pero sobre todo, no tires la sal: perfumada, podrá condimentar tus platos y ensaladas.
Aromáticas en aceite o vinagre: Basta con sumergir la hierba escogida: tomillo, romero, estragón, albahaca, chalote…, en aceite de oliva o en vinagre fino.
Perejil fresco: Corta el extremo de los tallos y mételo en un vaso grande de agua con un chorrito de limón e introdúcelo en la nevera. Cambia el agua a diario. Otro sistema para mantener el perejil fresco, es lavar y secar un manojo de perejil, córtale los tallos y pica bien las hojas. Guárdalas dentro de un tarro cerrado dentro del refrigerador. Así podrás tener perejil fresco durante quince días. Recuerda que el perejil cuando se seca pierde todo su sabor.
OLIVAS
Verdes, procesadas: Guárdalas en un tarro de vidrio o de loza con el líquido con el líquido de origen. Si éste no las cubre por completo, agrega un poco de agua salada.
Negras, sin procesar: Basta con dejarlas en remojo con aceite de oliva. Para mejorar su sabor, agregar, además, dos dientes de ajo, tomillo y un poco de ajedrea. Dejarlas macerar durante ocho días, y, a medida que las vayas consumiendo, añade más olivas al tarro. Este aceite, después lo podrás utilizar para dar sabor a las ensaladas.
LEGUMBRES SECAS
Para conservarlas y protegerlas de los ataques del gorgojo, guarda las secas en frascos en los que habrás introducido previamente, algunos dientes de ajo. Tápalos herméticamente.
HUEVOS
Para conservarlos más tiempo frescos, sumergirlos en aceite de oliva durante unos instantes. Guardarlos en la nevera con las puntas hacia abajo. Nunca los laves antes de guardarlos ya que la cáscara se permeabiliza. Nunca congeles los huevos enteros, pues estallaría la cáscara.
Yemas de huevo: Si no vas a utilizar el huevo completo, congela las yemas en las bandejas de los cubitos de hielo o cúbrelas con un poco de leche o agua.
Claras de huevo: Puedes conservar las claras de los huevos. Ligeramente batidas, en el congelador.
LÁCTEOS
Quesos sin moho: Para evitar la formación de moho en el queso, envuélvelo en un paño humedecido con agua salada antes de meterlo en la nevera.
Quesos para congelar: Los quesos duros son buenos para congelar. Córtalos en porciones pequeñas y envuélvelos en plástico y papel de aluminio. Los quesos blandos nunca deben congelarse. Mantenerlos a temperaturas entre los 2 y 4 grados.
PAN FRESCO
Se conservará bien envuelto en un paño, fuera de la nevera en invierno y dentro de ella, en verano. Se puede congelar, cortándolo en rebanadas, a tu gusto, quedando tierno al descongelarlo, para poderlo consumir poco a poco.
ALIMENTOS COCINADOS
Gazpacho: Si preparas el gazpacho en cantidad para guardarlo en la nevera, recuerda que el vinagre no se debe añadir hasta el momento en el que se vaya a consumir, de lo contrario fermentará y se estropeará. Pasta: Si te sobra pasta cocida, ésta se conserva mejor dentro del frigorífico, colocando dentro del recipiente, cuando aún está tibia, un trozo de mantequilla y remover. Si quieres congelar la pasta cocinada, debe ser con salsa bechamel (nunca con tomate). Debes cubrirla con papel de aluminio.
Sopas y caldos cocinados: Ambos se pueden guardar en el congelador más de tres meses, pero ten en cuenta que el ajo, la cebolla y las especias en general, acentúan su sabor después de la congelación; por lo que se deben reducir un poco éstas cantidades a la hora de guisarlos.
Puerros: No conserves demasiado tiempo los puerros cocidos, ni incluso en la nevera. A partir de las 48 horas empiezan a crear toxinas, nefastas para el organismo.
Conservar caldos: Si deseas conservar caldos o guisos con salsa, evita cocer en él patatas, podrían echarlo a perder.
Espinacas cocidas: No las guardes más de 24 horas, ni siquiera en refrigerador, ya que desarrollan nitritos, una sustancia tóxica, nociva para la salud.
Salsa de tomate sobrante: Se conservará perfectamente en la nevera, si le viertes una pequeña película de aceite por encima, aislándolo así del exterior.
CARNES
Conservar la carne en la nevera sin olores: úntala con aceite.
Mantener el hígado fresco: No lo guardes en una hoja de papel, resultará bastante difícil de despegar. Sumérgelo en aceite y déjalo en la nevera hasta el momento de cocinarlo, así no se secará, además de mantenerse tierno.
EMBUTIDOS
Evitar que se reseque el embutido: Pasarle materia grasa por la superficie cortada (mantequilla, manteca, aceite) o mantenerlo en contacto con una rodaja de limón.
Evitar el moho en las pieles de los embutidos curados: Pasarle un trapo empapado en agua y sal.
SAL
Para evitar la humedad en la sal introduce unos granos de arroz en el salero.
FUENTE: http://www.lagarbancitaecologica.org/garbancita/index.php/nutricion/994-trucos-para-conservar-mejor-los-alimentos
Muy buena información, hay que tener en buen mantenimiento nuestro refrigerador.
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