Vigomar 2011

Percebes, centolla, nécoras, cigalas y bogavante, pero también pulpo, empanada, arroces, almejas, berberechos o mejillones. El puerto pesquero de O Berbés ha sacado sus viveros a la calle para celebrar la novena edición de sus jornadas marisqueras, una cita que se ha consolidado entre los vigueses y que a medida que pasan los años su fama corre de boca en boca para atraer a visitantes del resto de Galicia, España y Portugal. Entrar en la carpa que han instalado las empresas organizadores en la calle principal de la zona portuaria ganada al mar es como adentrarse en una gran exposición con toda variedad de marisco posible. No falta de nada, cualquier capricho culinario a base de crustáceos o moluscos es posible en una cita que comenzó en 2003 y se denomina ahora Vigo Mar. "Pese a la crisis, la gente ha respondido muy bien. Pensábamos que nos iba a afectar más, pero jueves y viernes hubo mucha gente y hoy (sábado), todavía es la una, y ya ves como está. Hay muchas personas que viene a buscar el marisco y se lo lleva para casa", afirma Argentino Pérez, 'Tino', responsable de Viveros de Vigo y organizador junto a Pescados y Mariscos López Novoa, Mar de Galicia Rodrimar y Panadería Martínez. Muchos vecinos de la ciudad se han acostumbrado a bajar anualmente al puerto para desgustar marisco, aunque también es habitual encontrar a madrileños, andaluces y extremeños en pleno festín gastronómico. "La clave son los precios anticrisis y los productos de calidad, todo elaborado y escogidos por nosotros. Cada empresa ofrece un marisco distinto o un plato diferente", añade Tino. Serán 60 toneladas de marisco las que se vendan en los cuatro días de una fiesta que comenzó el pasado jueves con el pregón de André Arzúa, cocinero de la TVG. 'La isla del tesoro' Cigalas a la plancha. | Rosa González "Vigo se convierte estos días en un lugar mágico, una isla del tesoro en la que existe un cofre del tesoro", señaló el chef durante su pregón. Muchas caras conocidas acompañaron a Arzúa y ente ellos el presidente y el director de la Autoridad Portuaria de Vigo, Ignacio López Chaves y Luis Lara, respectivamente; el director del Ifevi, Arsenio Prieto; el patrón mayor, Julio Alonso, y numerosos concejales de la Corporación viguesa. Los más pequeños prefieren el percebe y las habituales salpicaduras se convierten en motivo de juegos. Las tablas de pulpo se multiplican a medida que se acercan las horas centrales del día y el acuario con ejemplares vivos de bogavantes, langostas y nécoras de tamaño espectacular hacen también las delicias de los niños. "A día de hoy, andaremos por las 25.000 personas, más o menos como todos los años. Gracias a Dios, estamos aguantando", admite Argentino Pérez antes de asegurar que "Vigo tiene muchos habitantes, aunque baje un 10% ya se nota. Les damos las gracias por venir y también a los visitantes que se acercan". Inspectores de la Xunta La venta de pescado fresco ha bajado a todos los niveles, pero el congelado se mantiene e incluso aumentó en las lonjas viguesas, algo que también notan los viveros de marisco. La ocasión de comprar una gran mariscada por 48 euros no pasa por alto a decenas de familias que acuden a buscar su comida y regresan a casa. En cualquier caso, la carpa dispone de cientos de mesas disponibles para comer directamente junto a los puestos y una legión de personal de la organización ayuda a que todo esté limpio y en orden. Tampoco faltan a la cita varios inspectores de la Xunta, que recorren la feria solicitando permisos y comprobando que todo el marisco están en perfecto estado y etiquetado. "Es su obligación y a nosotros nos viene muy bien porque lo último que queremos es que un cliente se lleve un producto en mal estado", razona Tino. Los problemas de la marea roja que afectan a numerosos polígonos de bateas de las Rías Baixas no han repercutido en Vigo Mar. "Hay polígonos que están bien y traemos el mejillón de otros lugares como Bueu. Y si hiciese falta iríamos a A Coruña o a donde haga falta", añade el responsable de Viveros de Vigo.

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